La boca juega un rol fundamental
en nuestra salud y bienestar general. Por ello, mantener la boca sana es muy
importante, porque ello facilita que se realicen correctamente las distintas
funciones de la boca. Entre las principales funciones bucales, podemos
reconocer:
Función de respiración: La boca participa activamente en la
respiración y nos sirve tanto para tomar, como para eliminar el aire durante la
respiración forzada. Incluso, ciertas personas la utilizan la boca para tomar y
eliminar el aire en la respiración habitual: son los denominados respiradores
bucales, los que muy frecuentemente presentan una obstrucción en la vía nasal y
se acostumbran a respirar mayormente por la boca. La respiración bucal puede
generar una alteración en el crecimiento y el desarrollo de los músculos de la
cara, los huesos maxilares y la posición de los dientes.
Función digestiva: La boca es el primer órgano y el punto de inicio
del aparato digestivo y gracias a ella, podemos: recibir, cortar, masticar,
triturar, moler, digerir y tragar nuestros alimentos. Con una boca enferma, nos
exponemos a un proceso digestivo y a una digestión deficiente.
Función sensorial y sensitiva: La boca también participa
activamente en el proceso de la percepción del sabor y en el sentido del gusto,
ya que está recubierta de las denominadas papilas gustativas (presentes en toda
la mucosa que recubre la boca y sobre todo en la lengua). Estas son los
receptores que nos permiten diferenciar y reconocer los sabores: ácido, amargo,
dulce, agrio y salado. A la vez, una boca sana facilita nuestra relación con el
mundo que nos rodea, ya que es uno de los elementos más útiles y especializados
que tenemos en el cuerpo para percibir las propiedades de las cosas. Prueba de
ello es que en los primeros años de nuestra vida, la utilizamos más que otros
sentidos, para descubrir la consistencia y textura de las cosas. Haga el
ejercicio de observar qué hace un niño pequeño y verá que se lleva los objetos
desconocidos a la boca, mucho más que a los ojos u orejas. A la vez, si toma un
grano de arena entre los dedos o si lo observa, podrá identificar sus
propiedades de un modo mucho más limitado en comparación de tomarlo entre sus
dientes. Otra demostración de alta sensibilidad y sensorialidad que caracteriza
a la boca es la costumbre de los niños de chuparse el dedo, que incluso
persiste en algunos jóvenes o adultos que mantienen el hábito de succión a lo
largo de la vida (ya sea utilizando el dedo u otros objetos).
Función de protección: gracias a la mencionada avanzada propiedad
que tiene la boca para percibir los sabores y las texturas de los alimentos y
de las cosas, es que juega un rol crucial en nuestro sistema de defensa y en
nuestra autoconservación. Por ejemplo, si recibimos un alimento extraño o en
mal estado, nuestra boca nos avisa respecto al riesgo de ingerirlo y muy
probablemente lo escupamos.
Función de comunicación: la boca además nos permite comunicarnos eficientemente.
Pues con ella no solo emitimos sonidos y practicamos el habla, sino que también
realizamos distintos gestos, ademanes, silbidos, etc. con los que nos
comunicamos con las demás personas. Es decir, participa a la vez en la
comunicación verbal y en la comunicación no verbal (risa, sonrisa, muevas,
etc.).
Función de autoestima: las características externas de la boca y la
presentación de nuestros dientes forman parte de nuestra apariencia física. Por
consiguiente, son muy importantes en la imagen que proyectamos a los demás y el
tener una boca agradable favorece las relaciones humanas y eleva nuestra
autoestima.
Una boca sana es el reflejo de un
cuerpo sano y de una persona bien integrada en la sociedad. Por ello, le
aconsejamos que cuide la salud de su boca y que visite al odontólogo por lo
menos dos veces al año (cada 6 meses).
Tomado de:
http://www.odontomarketing.com/bocasana01.htm
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